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Cuatro Caminos, una mirada a su pasado

El Doctor en Historia y Cronista Oficial de la ciudad de Cuenca, Miguel Romero describe estas fotografías cedidas por Luis Lapeña de lo que fue Cuatro Caminos antes de como lo conocemos hoy en día.

Actualizado: 5/2/2022 10:20 - Miguel Romero
Actualizado: 5/2/2022 10:20 - Miguel Romero

Los tiempos pasan, las ciudades evolucionan, aunque no siempre para bien, pero es inexorable ese paso y las generaciones olvidan, triste tesitura que habría que evitar.

Tenemos ante nosotros unas fotografías de recuerdo, tal vez de aquellas décadas de los 50/60/70 del siglo pasado, décadas que determinaron una evolución "sin marcha atrás" y que fue definiendo la personalidad de lo que hoy es la ciudad de Cuenca, Patrimonio de la Humanidad por arriba, en esa ciudad histórica y sus hoces, y patrimonio de un nuevo cambio en la ciudad nueva por abajo, ésta que nos acoge.

La vía principal de esta pequeña ciudad comercial venía marcada por la Carretería, desde la Trinidad hasta Cuatro Caminos y la Ventilla. Así, desde el edificio de Telefónica, antigua sede del Banco Hispanoamericano y fábrica de harinas, entre José Cobo y Cervantes, chaflán donde las cabinas telefónicas hacían las delicias de las familias, provocaba una bifurcación en dos, por un lado, el inicio de la avenida de Castilla La Mancha con el Sotanillo a la izquierda y el kiosco del señor Oscar de la Rica a la derecha y por el otro lado, la citada calle Cervantes camino de la Ventilla y el antiguo cine Xúcar.

Y en este inicio, camino del parque de Santa Ana y la plaza de toros, se cruzaba la intersección que nosotros llamamos Cuatro Caminos y que nos trae en el recuerdo estas fotografías de Luis Lapeña, a camino por aquella calle Alameda, después División Azul y ahora, Castilla La Mancha con esa bajada hacia el molino de la Noguera y Vivero. Mientras, dirección Madrid, nos espera esa calle República Argentina, vía principal de paso Madrid-Valencia hasta la llegada de la circunvalación. Una encrucijada de calles y calles que forman este especial nudo de una ciudad que intenta ensanchar su recorrido.

Y a bien tengo, como diría el cronista de época, expresar lo que estos edificios a punto de desaparecer en esas fotografías, trajeron en sus nuevos aires modernistas para una ciudad que crecía. Ante todo, describiremos lo que ahí se muestra en clara alusión al cambio que se produjo.

En una de ellas, observamos lo que fue la Gasolinera y Garaje Alegría, con ese edificio que hace chaflán entre República Argentina y la bajada a la antigua Resinera sobre el pequeño puente de la vía, y esa calle Alameda primero o Avenida de Castilla La Mancha, después. Toda esa gran manzana se construyó para un Centro Comercial llamado "Cuatro Caminos" en un airoso y moderno edificio donde además albergaría pisos de lujo y moderna presencia.

El mismo se inaugura el 20 de agosto de 1999 y supuso un acontecimiento espectacular para la ciudad, donde numerosos locales comerciales conformarían ese espacio de casi 3000 metros cuadrados, dando cabida a 37 locales comerciales como la cervecería Aldo, la tienda de ropa Mentha, la peluquería Activa, los establecimientos como Pixel informática, deportes Nerea, Regalos Jade o Penalti gol y después, pastelería la Guinda. Un lujo, sin duda.

Y aún así, en las otras dos fotografías apreciamos la evolución de esa actual calle Hurtado de Mendoza, la que tanto cambió por un lado y por el otro. Vemos, el edificio derribado y que formaba parte la Casa Murcia, propiedad de Felipe Murcia cuya entrada estaba por la calle Alameda hacia plaza de toros; camino hacia la Ventilla estaba el Restaurante Juanito, dando vida después, entre uno y otro, a una oficina bancaria de Caja Toledo primero y ahora, de Liberbank, sin olvidar que en esa misma acera, camino hacia arriba, la Sastrería Cruz, las televisiones Colmena, el cine de verano Terraza Xúcar (antes Garcés), oficina de Auxilio Social y delegación de Mutualidades laborales, ambas en planta y abajo a pie de calle, máquinas de escribir Alonso y el bar Alaska confinando el puntal; mientras que al frente en su otra acera, el edificio Orbe construido en 1920, Telégrafos, la Cruz Roja y la cochera de la empresa Ábalos de la línea Cuenca-Madrid, sin olvidar la tienda de César, el bar Baviera, lotería Bonilla, motosierros Paquillo y la marisquería Pozuelo, cerrando hacia arriba la calle.

Pero, quién no recuerda esa pequeña glorieta donde el policía urbano Cortinas, con casco blanco, dirigía con maestría el tráfico de una encrucijada de calles importante, mientras el bar Vitoria (Victoria), luego Ninos y después Bermejo, hacia que la Matilde saliese a ver el tráfico, de vez en cuando.

Un lugar emblemático de nuestra Cuenca nueva, nueva que ya se ha hecho vieja, pero que guarda el sabor más popular de nuestra seña de identidad. Gracias por estas fotografías Luis.

Miguel Romero.

Cronista oficial de la ciudad.

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