Esta semana se ha celebrado el 55 aniversario de la inauguración de uno de los museos más importantes de Cuenca y de España fruto del legado de Fernando Zóbel a nuestra ciudad. Desde Life!Cuenca hacemos un repaso de sus orígenes y de cómo la Fundación Juan March ha seguido una intensa actividad editorial que continúa hasta la actualidad.
El 1 de julio de 1966 quedará marcado para siempre en la historia de Cuenca: se inauguraba el Museo de Arte Abstracto Español, una ventana al mundo que situó a nuestra ciudad en el centro del arte, la cultura y la vanguardia.
La idea empezó a fraguarse en la mente del artista Fernando Zóbel seis años atrás fruto de su amor por Cuenca, por la pintura y por lo abstracto. Se codeo con otros compañeros del conocido Grupo Cuenca, como fueron Gerardo Rueda, Gustavo Torner, Manuel Millares, Antonio Lorenzo, Sempere, Antonio Saura, Martin Chirino, Bonifacio Alfonso y Luis Feito, quienes le ayudaron a perfilar la idea y le animaron a emprender en este nuevo proyecto que Zóbel quería que fuera enteramente concebido, creado y sostenido por artistas.
El siguiente paso era encontrar la ubicación adecuada, un lugar bien situado que aportara un valor añadido a la muestra que estaba diseñando Zóbel. Fue en junio de 1963 cuando su amigo el artista conquense Gustavo Torner le sugirió el emplazamiento de las Casas Colgadas de Cuenca, un edificio de titularidad municipal que consiguió alquilar por un precio simbólico y donde, efectivamente, se abrió al público el Museo de Arte Abstracto Español.
Para su apertura, Zobel se esforzó en crear una muestra moderna, primando la calidad a la cantidad. Tras un intenso trabajo, realizó una selección pormenorizada de las obras eligiendo una docena de esculturas y un centenar de cuadros de artistas españoles de la generación abstracta de los años 50 y 60 que luego fue rotando con cierta periodicidad.
De hecho, el mismo Zóbel aseguró entonces que «la selección se ha realizado muchas veces con el consejo y la ayuda del autor; y para evitar el peso de falsos compromisos, el Museo se ha opuesto siempre a recibir regalo de obras». El artista Gerardo Rueda también jugó un papel muy importante en los inicios y primeros años del Museo ya que se asumió el papel de conservador.
De este modo, y gracias al empuje de aquellos artistas contemporáneos, el Museo de Arte Abstracto Español se convirtió enseguida en un referente en el panorama museístico nacional e internacional.
Con el paso de los años se fueron incluyendo nuevas obras y, por tanto, también se tuvo que realizar una ampliación del Museo (dirigida por Fernando Barja) con lo que el 28 de noviembre de 1978 de ese año se produce la reinauguración del Museo.
Fue ya en 1980 cuando un generoso Zóbel decidió donar la colección del Museo a la Fundación Juan March -además de 556 libros y otro material bibliográfico sobre arte contemporáneo-, garantizando así la permanencia del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca. "Creo que es importante y atractivo que el Museo continúe siendo privado, con responsabilidad hacia el público, y que siga teniendo un sentido experimental”, aseguró en su momento el artista.
De hecho, la actual gestora, la Fundación Juan March, ha continuado ampliando los fondos, de modo que ahora son más de 1.500 las obras que pertenecen a los fondos del Museo, de las cuales 515 son pinturas o esculturas.
Como reza en su página web, desde que la Fundación Juan March se hizo cargo del mismo, una media anual de 40.000 personas lo visitan. Y es que esta entidad ha logrado continuar el legado de Zóbel con una intensa actividad editorial que continúa hasta la actualidad, dando origen también a una importante colección de obra gráfica estampada, en sus inicios por Abel Martín, después por otros serígrafos como Javier Cebrián. Desde 1994, y como resultado de una serie de mejoras y ampliaciones, el Museo cuenta con una sala específica para exposiciones temporales que complementa la exposición permanente del Museo.
Además de las vistas que regala el edificio, que ya son una obra de arte por sí misma, el Museo acoge de forma permanente 109 pinturas y esculturas de una treintena de artistas españoles: Basterrechea, Canogar, Chillida, Chirino, Cuixart, Farreras, Feito, Gabino, Guerrero, Hernández-Pijuán, Lorenzo, Manrique, Millares, Mompó, Muñoz, Oteiza, Palazuelo, Rivera, Rubio, Camín, Rueda, Saura, Sempere, Serrano, Tàpies, Teixidor, Torner, Viola, Iturralde y Zóbel.