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Foto: Wikipedia/ Museo del Prado
Foto: Wikipedia/ Museo del Prado

La visita de Fernando el Católico a la ciudad de Cuenca

El 18 de octubre de 1479, el Rey Fernando II de Aragón, conocido como Fernando el Católico, visitó la ciudad de Cuenca y efectuó un juramento en la antigua Puerta del Postigo de la ciudad, en un año donde se sucedieron varios acontecimientos históricos relevantes

Actualizado: 18/10/2021 9:11 - Redacción
Actualizado: 18/10/2021 9:11 - Redacción

Un día como hoy, 18 de octubre del año 1479, el Rey Fernando el Católico visitaba la ciudad de Cuenca con fin de realizar un juramento, como habían hecho los monarcas predecesores. Tal y como nos cuenta el blog Cuenca en el recuerdo, la visita tuvo lugar horas antes de que los Reyes Católicos celebraran sus diez años de matrimonio. Los viajes de esta Corte itinerante eran habituales, y una de sus paradas fue la Muy Noble y Leal Ciudad de Cuenca.

En el Archivo Histórico Municipal queda constancia de este acontecimiento a través del acta de juramento del monarca, que fue jurada en la antigua Puerta del Postigo de la ciudad. El año 1479 fue escenario de varios hechos históricos relevantes, tal y como se explica en el blog anteriormente citado. Por ejemplo, el rey Fernando asciende al trono de Aragón tras el fallecimiento de su padre, nace la tercera hija del matrimonio real, la que posteriormente sería conocida como Juana la Loca, y también, Jorge Manrique fallece en Santa María del Campo Rus tras la batalla en el Castillo de Garcimuñoz.

El escenario del juramento, la Puerta del Postigo, se hallaba en la muralla de Cuenca, concretamente, bajo lo que hoy se conoce como Escalerillas del Gallo. Al juramento, asistieron los regidores de la ciudad y personalidades relevantes de la misma, salvo el obispo, que dos meses y medio antes de dicho acto, había fallecido en Italia.

En el acto de juramento, el rey Fernando el Católico “colocó su mano derecha sobre una cruz de plata en un libro misal que ofrecía Fray Guillen Gutiérrez, deán del convento o monasterio de San Francisco de Padres Observantes, situado hacía poniente en los arrabales de Cuenca”, cuenta Antonio Rodríguez en Cuenca en el recuerdo. Dicho convento se hallaba en lo que hoy se conoce como la Parroquia de San Esteban.

Así pues, el monarca, al igual que los reyes que le precedieron, juró guardar los privilegios y buenos usos y costumbres de la ciudad de Cuenca, así como las leyes del Reino de Castilla. Tras ello, el rey se adentró en la ciudad por la puerta, que se encontraba preparada para la ocasión, limpia y con adornos, celebrándose diversos actos en su honor.

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