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Gastronomía conquense para el puente de Todos los Santos

El 1 y 2 de noviembre se celebran en España el Día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos respectivamente. La gastronomía conquense acoge estas efemérides amargas con un toque dulce.

31/10/2021 - Redacción
31/10/2021 - Redacción

Festivo grabado con rojo en el calendario nacional, el día de los Santos con el estómago lleno y la lumbre encendida se hace más llevadero. Aprovechamos para visitar a nuestros seres queridos que, pese a recordarlos cada día y a cada minuto, el 1 y 2 de noviembre se convierten en los protagonistas indiscutibles de las jornadas al celebrar el Día de Todos los Santos y el Día de los Fieles Difuntos.

Hay quien prefiere revivir recuerdos en soledad, mientras otros desean pasar el duelo de la celebración marcada por el luto en el almanaque acompañados de la familia o los amigos. En cualquier caso, en Life!Cuenca te proponemos un menú tradicional con gastronomía típica tanto por la fecha como por el lugar: la provincia de Cuenca.

Entrante:

Castañas asadas

Pese a no ser un aperitivo exclusivo de esta fecha, nos encontramos en el meridiano otoñal, época idónea para consumir castañas asadas y deleitarnos con su aroma característico, el mismo que recorre Carretería en el equinoccio gracias a la castañera ubicada en el corazón de Cuenca.

Primer plato:

Gachas

Pese a que es un plato típico de estas fechas en Andalucía y, en este caso, dulce, en Cuenca también contamos con nuestras gachas autóctonas, basadas en la cocina de aprovechamiento.

Hígado, el aceite que deja la papada de cerdo y ajos fritos, harina de almorta, pimentón y agua son la base del condumio que necesitaremos para degustar un manjar manchego que acepta variantes. Hay quien le añade otros ingredientes, como patatas o setas. Todos ellos serán bienvenidos según el gusto de los comensales que se reúnan en la mesa en este puente de los Santos.

Postres:

Ahora sí, llegamos a la esencia del día de los santos más pura. Una efeméride un tanto amarga para algunos podrá endulzarse con la gastronomía más azucarada de la provincia.

Huesos de Santo

Dulce de yema por dentro y de mazapán por fuera. Los huesos de santo hacen honor a su forma y al tiempo en el que las pastelerías nacionales se ponen manos a la obra para empezar a dar forma de cilindro a uno de los postres más consumidos el 1 de noviembre.

Pastelería Casamayor
Pastelería Casamayor

Para la base de mazapán, necesitaremos almendra rayada (se cree que este postre se elaboraba por estas fechas por la recolecta de este ingrediente en época otoñal), agua y azúcar. Crearemos con ambos un almíbar que más tarde mezclaremos con la almendra poco a poco. A continuación, se añade una ralladura de limón para terminar con la masa, que cortaremos, extenderemos y, con ayuda de un palillo u objeto similar, convertiremos en un cilindro de mazapán.

En cuanto al relleno, volvemos a elaborar un almíbar de azúcar y agua y añadimos las yemas batidas a fuego lento hasta que consigamos un espesor considerable. Enfriar, rellenar, preparar un glaseado para envolver los huesos y a degustar un manjar que endulce la tarde del día de los Santos o de los Difuntos.

Pastelería Casamayor
Pastelería Casamayor

Buñuelos

Pese al gran número de variaciones que existen, hoy hablaremos de los tradicionales buñuelos de viento, un tanto más laboriosos que los huesos de santo, pero uno de los postres más aclamados en estas fechas. Su origen emana de la época judía, cuando se elaboraban bollos fritos a base de harina de trigo en su celebración de la Janucá, fiesta que tiene lugar entre el 28 de noviembre y el 6 de diciembre.

Para la crema pastelera, tendremos que calentar leche y añadirle la piel de limón, semillas de vainilla y canela en rama partida por la mitad. En un bol, batimos varias yemas que fusionamos con azúcar y le añadimos un vaso de leche tibia mezclada con maicena. Sumaremos a fuego lento y bajo ambas elaboraciones hasta conseguir que se espese con mimo y paciencia, mientras removemos todo a un ritmo constante y sin pausa. Si queremos un toque más cremoso, hay quien decide añadir mantequilla.

Para la fritura, necesitamos hervir agua, leche, mantequilla, ralladura de naranja, azúcar y un toque de sal. Tamizaremos la harina con un poco de levadura y la fusionaremos con el resto de los ingredientes hasta que consigamos una masa compacta y, a continuación, iremos añadiendo y batiendo huevos. Queda freír, rellenar y listo.

Pastelería Casamayor
Pastelería Casamayor

Puches

Un manjar del pasado que llega al presente con aroma a recuerdos. En épocas de escasa bonanza económica, pocos productos y a un módico precio hacían de los puches el plato principal de la cena en la víspera del día de difuntos.

Tras freír pan duro cortado en tacos pequeños en una sartén, con menos aceite nos queda amasar el sabor principal mezclando en el mismo recipiente puesto sobre los fogones el azúcar y la harina. Una vez que la harina quede insípida y el color tostado comience a prevalecer sobre su anterior tez blanquecina, añadimos agua y seguimos removiendo hasta que comencemos a vislumbrar pequeñas burbujas en la superficie.

La sencillez de un plato típico se justifica por el sabor exquisito y, sobre todo, tradicional de nuestra tierra. Pese a que las recetas varían según las zonas, la tradición familiar o el gusto del cocinero, en Life!Cuenca hemos intentado sentar las bases de la gastronomía más adecuada que se cocina en los hogares conquenses cada 1 de noviembre.

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