Esta tradición de gran calado en este municipio se celebra de forma previa al carnaval, una fiesta en la que colabora todo el pueblo y los diablos hacen de las suyas, acompañados de los Animeros, creando un festejo que mezcla lo pagano con lo religioso
Jueves Lardero es una de esas fiestas que, a pesar de su sencillez, reconfortan a los conquenses. Un bocadillo de tortilla y chorizo y una buena explanada en el campo donde pasar el día se convierten en un momento de paz y unión entre amigos o familiares. En algunos pueblos, este día se convierte en algo especial, una fiesta en la que todo el pueblo se une y celebra tradiciones centenarias.
Es el caso de Carboneras de Guadazaón, que celebra como cada año el Diablo y los Animeros, una de las fiestas más seguidas por sus vecinos. Durante una semana, los Animeros comienzan a recorrer las calles del pueblo todas las noches para pedir por las Ánimas. Desde el pasado viernes, estos personajes van acompañados y dirigidos por el toque de tambor, un sonido característico e inconfundible de esta fiesta, que se aprende desde la infancia.
El recorrido por las calles tiene como protagonistas también a la Caja y el Alcalde de Ánimas, que pasean junto a los niños y mayores. También juegan un papel muy importante en esta fiesta las madres, hermanas, familiares y todos aquellos colaboradores que durante estos días se ponen manos a la obra para cocinar dos productos típicos de esta festividad: la Frita en sartén y el trigo tostado.
El día grande de esta festividad es Jueves Lardero, el momento en el que el Diablo aparece en escena y se convierte en el dueño del pueblo. Junto a dos o tres Animeros, se pasea por las calles del pueblo haciendo sus diabluras, al mismo tiempo que recauda dinero, objetos y alimentos. Como buen diablo, reparte azotes con sus castañuelas a los vecinos de Carboneras, con el fin de convertir en malos a todos los animeros, que cada uno tiene un cargo distinto, como por ejemplo, el alguacil o el campanillero.
Durante varios días, el Diablo es el amo y señor, un reinado que no dura mucho, porque el domingo se pone fin a sus privilegios. Este día se realiza en la Almoneda la subasta para el año próximo de los cargos de los Animeros, la Porra y la Caja, además de subastar también los objetos que la gente ha entregado a lo largo de los días.
El dinero recaudado será empleado este año para arreglar la iglesia del pueblo, aunque otros años se ha invertido en otras zonas del pueblo, como por ejemplo, el cementerio. Este jueves los carbonerenses se preparan para recibir al señor Diablo y a sus animeros, una fiesta en la que también habrá música y diversión, ya que la Comisión de Festejos ha anunciado pasacalles el sábado, al que los vecinos tendrán que acudir disfrazados para acompañar al Diablo, y una verbena por la noche, amenizada por la Orquesta La Calle. La unión, la tradición y la fiesta cobran protagonismo estos días en Carboneras de Guadazaón.