Con motivo de este Día del libro, nos embarcamos en un paseo por algunas de las palabras que describen la ciudad de Cuenca y su provincia.
Cuenca, desde tiempos inmemoriables ha servido de inspiración a muchos artistas. El mundo de la cultura no ha parado de rendirse a sus pies constantemente, alabando su belleza. Cuenca es un lugar lleno de magia donde donde la cultura emana a raudales.
Siguiendo con nuestro pequeño homenaje al día del libro durante esta semana, no podía faltar entre nuestros artículo un paseo por Cuenca a través de las palabras, a través de las palabras de aquellos que se inspiraron en ella, que la visitaron y se enamoraron, que la colmaron de palabras bellas.
No están todas porque son muchos los que traducen su amor por Cuenca a través de las palabras pero os dejamos algunas de los textos escritos sobre nuestra ciudad, un lugar donde la vida huele a paz.
Mario Vargas Llosa, asomado a la ventana, disfrutando de las tonalidades conquenses en otoño dijo: “Cuenca es uno de los casos en los que el mito y la leyenda están a la altura de la realidad (…) En Cuenca hay una enorme paz. Es un paisaje un poco místico, donde uno siente una especie de impulso, de elevación hacia la altura; es un contraste además muy conmovedor el paisaje de Cuenca con esa cosa tan rotunda, tan fuerte, tan áspera de la piedra, y esas notas de verdor, que ponen los árboles y el río...”
Azorín, en su cuento La Hechicera de Cuenca escribió: “Comencemos por el principio: no conocía yo Cuenca. Cuenca es una de las ciudades más bonitas de España. Tiene una parte alta y una parte baja; siempre que me acuerdo de Cuenca —y me acuerdo mucho…”
Pío Baroja, describió sus casas, escenografía local: “El caserío de Cuenca es una pirámide de casas viejas, apiñadas, manchada por la lepra amarilla de los líquenes”
Miguel de Unamuno, escribió en un artículo dedicado a la ciudad de Cuenca después de visitarla: “Cuelgan las viviendas de Cuenca sobre las hondonadas de los ríos, y es como si la ciudad fuese borbotón de los entresijos de la tierra ibérica; casas desentrañadas y entrañables que se asoman a la sima...”
Francisco Umbral escribió en uno de sus artículos: “Yo vengo todos los veranos a Cuenca.Antonio Saura y otros amigos me han descubierto Cuenca y, además, han conseguido que yo pase inadvertido en la ciudad, con lo que soy muy feliz.”
Camilo José Cela, dedicó estas hermosas palabras a la ciudad de Cuenca: "Caminando Cuenca al viajero le brotan de súbito alas en el alma, desconocidos mundos en el mirar"
Y no podíamos no nombrar a Federico Muelas, escritor y poeta conquense que dedicó gran parte de sus palabras a Cuenca: “¡Oh, tantálico esfuerzo en piedra viva! / ¡Oh, aventura de cielos despeñados! / Cuenca, en volandas de celestes prados, / de peldaño en peldaño fugitiva.(…) ¡Cuenca, cristalizada en mis amores! / Hilván dorado al aire del lamento. / Cuenca cierta y soñada, en cielo y río.”
La belleza de Cuenca enamora y así lo dejaron patente cada uno de estos escritores a través de sus palabras. No están todos, porque Cuenca a través de las palabras da para mucho más. Da para embellecer tantos artículos, libros, blogs, periódicos, diarios... como corazones caigan en el embrujo de su magia.