La provincia de Cuenca es uno de los territorios micológicos más importantes de España. En 1987, fue fundada la Asociación Micológica Conquense, que ha puesto en valor una ciencia que nos enseña las virtudes que hacen de la naturaleza un regalo imperecedero.
La provincia de Cuenca cuenta con más de 2.000 especies de setas y hongos. El otoño es la estación micológica por excelencia, la temporada más rica en lo que a cantidad y géneros se refiere. Durante el otoño, la provincia de Cuenca cuenta prácticamente con todo el catálogo micológico conocido en la Península Ibérica. Níscalos, boletos, russulas, amanitas, tricomas... la gran variedad de especies que pueden encontrarse en la provincia de Cuenca durante el otoño la convierte en uno de los grandes atractivos para los amantes de la micología.
“Qué caprichos tienen las setas y qué cosas más extrañas”, sentencia José Luis García, presidente y fundador de la Asociación Micológica Conquense. La meteorología es crucial en el trascurso de la temporada de setas y hongos, lo que hace que durante estos meses, los aficionados y profesionales de la micología permanezcan especialmente pendientes de los termómetros y las previsiones meteorológicas.
Dependiendo de las especies de setas que se quieran coger, se recomienda visitar una u otra zona de la provincia de Cuenca. Para encontrar setas de cardo, hay que buscar en viales, desprovistos de vegetación, en zonas arbóreas o en prados más o menos pedregosos donde abunde el cardo, sobre el cual nace este tipo de seta. Los níscalos crecen en prácticamente todos los pinares. En la provincia de Cuenca existen 4 o 5 seis especies diferentes de níscalos. Los boletos se encuentran en pinares y robedales, siempre en zonas altas, por encima de los 800 metros. Las amanitas se desarrollan en terrenos silícios y con abundancia de jaras. Las colmenillas, que crecen en primavera, pueden verse en pinares, choperas y olmedas próximas al curso de los ríos.
Si hay que destacar una zona dentro de la provincia de Cuenca como uno de los grandes paraísos de la micología en España, esa es su Serranía, un territorio en el que se encuentra una gran parte del católogo micológico que los taxónomos tienen identificado en la actualidad. Una riqueza micológica que hace que cada año crezca el número de autocares procedentes de diversos puntos de España con destino a la Serranía de Cuenca. Asociaciones Micológicas de distintas localidades de España visitan la provincia de Cuenca para contemplar de primera mano algunos géneros o especies excepcionales.
En el mundo de la micología, se conocen dos tipos de recogida: la selectiva, cuando se va en busca de una especie o género específico, y la general, cuando se sale al campo sin un propósito concreto, más allá de disfrutar de lo que la tierra nos ofrece.
Farmacéuticos, veterinarios, biólogos, ingenieros de montes, boticarios... todos estos perfiles profesionales pueden especializarse en la rama científica de la micología.
La importancia de una recolección respetuosa con el medio ambiente
“La naturaleza es el salón de nuestra casa. La buena educación, el sentido común y el amor por la naturaleza te dan las normas que tienes que seguir en el campo”, afirma José Luis García.
A la hora de recolectar las setas y hongos, debemos limitarnos a coger aquellos que conozcamos y que sepamos que nos vamos a comer, realizando una recolección responsable y respetuosa con el entorno. Si lo que queremos es recoger setas para proceder a una posterior identificación de las mismas, es suficiente con disponer de 2 o 3 ejemplares, cogidos con pie, y a ser posible, en distintos grados de desarrollo. Nunca, bajo ningún concepto, se debe cortar el pie de la seta, pues imposibilitará su identificación.
“Existe un problema con el vandalismo y el aprovechamiento abusivo. Son las dos facetas negativas de la micología”, pone de manifiesto José Luis García. Un problema al que se debe poner fin por el bien y el futuro de nuestros campos y montes.
Limitaciones que establece la legislación en materia de micología
La ley establece la regulación del aprovechamiento tanto en terrenos públicos como privados. En el caso de los terrenos privados, siempre y cuando estos se encuentren cercados y señalados, el aprovechamiento corresponde exclusivamente al propietario del terreno.
Los ayuntamientos, en montes comunales o montes de su propiedad, si cuentan con una ordenanza reguladora con todos los trámites legales correspondientes, deberán seguir las pautas de dicha ordenanza. La mayoría de las veces, quienes quieren proceder a la recolección en terrenos comunales, propiedad de los ayuntamientos, deben abonar una tasa diaria establecida por cada consistorio.
La norma jurídica de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha regula la recogida científica con una serie de limitaciones muy estrictas, relativas a las especies a recoger, el número de ejemplares, los permisos especiales...
En cuanto a la recogida libre, la legislación determina una cuestión fundamental: la cantidad de setas que se pueden recoger (estableciendo el límite en 5 kg por persona y día). Esta limitación quiere poner fin a la depredación realizada por quienes utilizan la recolección masiva con fines comerciales.
Una de las ventajas a nivel jurídico de la micología en la provincia de Cuenca es el hecho de que el Ayuntamiento de la capital sea el propietario de la gran parte de los municipios de la Sierra de Cuenca. Esta cuestión legal y administrativa facilita la recolección de conquenses y visitantes, que pueden acceder a cualquiera de estos términos sin necesidad de tener un permiso diferente para la recogida en cada una de las localidades.
Los peligros de las intoxicaciones y los envenenamientos
Los expertos recomiendan que jamás se debe coger una seta que no se conozca. Los mitos o leyendas urbanas de todo tipo son una de las grandes amenazas a las que se enfrentan los consumidores cuando van a degustar determinadas setas u hongos. Bulos o consejos como hervir o freír las setas para poder consumir cualquier especie o utilizar monedas para comprobar su salubridad son un riesgo que los recolectores deben evitar a toda costa.
El motivo principal de la mayoría de los envenenamientos es la confusión; se coge una especie tóxica por error, al confundirla con otra familiar y comestible. Ante el menor indicio de duda, se recomienda acudir a las Asociaciones Micológicas o Sevicios de Consumo de los Ayuntamientos, donde los profesionales nos confirmarán si ese tipo de seta es o no es comestible.
Otro de los grandes peligros de las intoxicaciones y los envenenamientos proviene de consultar y tomar como referencia las guías. Las setas, desde que nacen hasta que mueren, cambian de forma, de tamaño, de color, de olor, de sabor... por lo que su apariencia varía mucho durante su ciclo de vida. Es por ello que nunca debemos fiarnos de las imágenes que vemos en guías y catálogos.
“Las setas se comen todas, pero algunas se comen una sola vez”, concluyen tajantes José Luis García y José Ballesteros, miembro de la Asociación Micológica Conquense.
El aprovechamiento comercial de las setas silvestres
“El aspecto económico de la micología es algo que no se debe despreciar”, destaca José Luis García, que echa en falta la presencia de industria conservera en una tierra tan rica como la provincia de Cuenca.
José Luis García y José Ballesteros consideran que el valor micológico de la provincia de Cuenca se podría aprovechar de una forma mayoritaria, que creara puestos de trabajo y generara riqueza en la provincia. En la actualidad, son una gran minoría quienes se dedican al aprovechamiento comercial de las setas silvestres, siendo los depredadores masivos de setas y hongos los grandes beneficiados de un bien que es de todos. Los restaurantes próximos a los municipios en los que se realizan recogidas o restaurantes de la capital que durante los meses de otoño compran setas y hongos a los recolectores también consiguen atraer a sus clientes incluyendo en sus cartas platos en los que el gran protagonista es este manjar silvestre. Quienes se dedican a la venta al por menor de setas y hongos, en bares y restaurantes que los demandan, también reciben un pequeño rédito y soporte económico gracias a esta actividad. No obstante, el aprovechamiento comercial de las setas silvestres es relativamente pequeño si lo comparamos con la dimensión y grandeza de la micología en la provincia de Cuenca.