Una vez finalizado noviembre, mes donde las tallas de las Vírgenes más destacadas de la Semana Santa de Cuenca - como la Esperanza del martes o Nuestra Señora del Amparo- han estado vestidas de luto en señal de duelo por los difuntos, llega el periodo del Adviento y las principales imágenes marianas ubicadas en distintas parroquias de la ciudad ya lucen un atuendo distinto para resaltar visualmente el cambio que marca el calendario litúrgico.
Pese a ser el morado el color que simboliza esta época, cuando la Virgen se prepara para recibir la llegada de su hijo, a veces a algunas Vírgenes se les viste o bien de blanco o bien de blanco y azul, como símbolo de la Inmaculada Concepción.
De hecho, la Virgen de la Luz, patrona de Cuenca, ya luce su manto morado, uno de los más antiguos, deteriorado con el paso del tiempo, que ha sido recuperado por la Hermandad y ha requerido un periodo de trabajo de dos años para restaurarlo.
En el caso de Nuestra Señora de los Dolores y las Santas Marías este año no vestirá de adviento porque se está restaurando su pollero.